De monstruos y santos

noviembre 03, 2014

Va mucho tiempo, en realidad sin exagerar bastante tiempo desde que recuerdo haber salido por las calles vestido con mi típico traje del 'monje loco', como me decían; por las calle de mi ciudad a pedir dulces. Calculo que tendría aproximadamente 9 años o incluso algunos menos cuando junto a mis primos fuimos como los pioneros en iniciar la tradición gringa de Halloween. Y es que en esas épocas éramos como 30 pelagatos, entre mis primos, mi hermano y algunas personas más con las que decíamos "dulce o travesura"; sí, era travesura y no truco.

Fueron como 4 ó 5 los años en los que siempre nos vestíamos con los mismos trajes con alguna modificación año tras año y en los que cada vez habían más personas que se animaban a disfrazarse y pedir dulces, hasta que al crecer se fueron desvaneciendo las ganas y el entusiasmo de hacer esta actividad. 

Este año, junto a mis padres fuimos a ver como se encontraban las calles de la ciudad por estas fechas, y es impresionante como ha crecido enormemente, tanto que ya no se podía caminar libremente, algo que los amigos de lo ajeno aprovechan y motivo por el que tuve que caminar casi todo el tiempo con las manos en mis bolsillos y recomendando a los demás que cuidasen sus cosas.

Era literalmente un mar de brujas, hadas, piratas, entre otras figuras inspiradas en películas, series o leyendas que suelen ser la atracción de estas fechas; la mayoría con sus calabazas en manos yendo de puerta en puerta y de negocio en negocio con la esperanza de que sus calabazas se llenasen cada vez mas con más dulces. Me quedé bastante asombrado por como había crecido esta tradición, que si bien no es local e indiscutiblemente importada pero al final una tradición; y a la vez contento al recordar las épocas en las que yo hacia lo mismo. Pienso volver a formar parte de esto, pienso...

photo credit: bambe1964 via photopin cc
¿Día de los muertos, de los santos difuntos?

Nunca me había preguntado el por qué del origen del nombre, últimamente ando cuestionando varias cosas; pero en fin, esta sí es una tradición mundial, o en la mayoría, creo. 

Mi abuelo falleció ya hace casi dos años , el patriarca de una gran familia, mi familia, y es que era como el núcleo de toda la célula familiar. Así que es una gran oportunidad para recordarlo.

Normalmente como he constatado a través de mi vida, se arma una mesa cubierta con un mantel negro, sobre esta se ponen las cosas que le gustaba a la persona a la que falleció y a la que se recuerda, entre estas cosa sus platillos y bebidas favoritas; se reza a las 12 del día y se recoge todo también a las 12 del día del día siguiente.

Así hoy tras haber hecho lo contado, la familia en su mayoría reunida, como de costumbre se pusieron a conversar entre ellos e invitados que habían llegado a recordar a mi abuelo, ya hayan sido conocidos o amigos de él. Es impresionante las cosas que te enteras al escuchar las historias de antaño que se ponen a contar, historias de su niñez, su juventud y toda su vida de la que estuvieron acompañados de mi abuelo y a las vez las historias que él les había contado alguna vez, sus vivencias y de como había vivido cuando también era niño en plena época cuando aún se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial.

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