Lejos de casa

septiembre 13, 2014


Te sientes tan cómodo en casa, nunca has sabido lo que es vivir sin los seres a los que acostumbrabas ver día a día; que cuando llega el momento de separarse te cae como un baldazo de agua helada, ¿#IceBucketChallenge?.

Siempre he tenido una buena relación con todos los que me rodean, claro que en especial con mis padres, jamás he tenido que alejarme de ellos por un tiempo prolongado; el viaje de promoción de una semana en secundaria debió de ser el periodo más prolongado donde no los vi. Pues bueno, este post es algo melancólico que me trae varios recuerdos, precisamente no muy gratos. Además, el clima lluvioso de hoy y la música no depresiva, pero sí bastante suave y reflexiva, son factores perfectos para escribir sobre este tema.

Recuerdo perfectamente la primera vez que tuve que valerme por mi mismo, fue hace cinco años aproximadamente. Hasta ese entonces lo único que había hecho sólo era jugar con mis amigos, todo lo 'serio' siempre lo había sobrellevado de la mano de mi mamá, o en algunas ocasiones de mi papá o familiares cercanos. 

Tenía que viajar sólo, como siempre soy optimista y acepto los retos me fue muy fácil tomar la decisión, lo que realmente fue difícil de aceptar fue al momento de la despedida, yo ya en el bus, este ya partía y cada vez veía a mis papás más a la distancia; un "cuídate" fue lo último que mi mamá dijo, o al menos lo último que pude escuchar. Por unos segundos atiné a sonreír, mi 'vida independiente' había comenzado; luego la depresión me invadió al meditar de que ya no estaba al lado de las personas que siempre estaban junto a mi para apoyarme en lo que fuera, la tristeza fue tan grande que no pude contener el llanto, fueron lágrimas entremezcladas de tristeza y felicidad, lágrimas que trataba de ocultar ya que no quería que nadie en el bus se diese cuenta.

Debo admitir que el viaje no fue realmente largo, ni lejos el sitio a donde viajé. Fue el despegue de todos y la mente que se me invadía de incógnitas de como tendría que hacer para que lograr todo lo que alguna vez se había hecho, pero esta vez tenía que hacerlo yo mismo, sin la ayuda de nadie.

Fue un momento crítico en mi desarrollo, aún con la mente de chiquillo, aprendí como tengo que desenvolverme en el ámbito social, algo en lo que actualmente sigo desarrollando día a día.

El gran paso

Mi época de escolar siempre fue de completa timidez por experimentar nuevas cosas, motivo por el que también mi vida de colegial fue un 80% monótona. Aquellas lágrimas derramadas fueron el agua que empezó con el crecimiento de la cosecha. Si bien no estoy abierto a todas las posibilidades y oportunidades del mundo, entro a las que puedo; pero viendo que ganancia puede darme, si el tiempo y todo lo que tengo que invertir valdrán la pena, cuestión de riesgo-beneficio.

Independiente

Tras aquél viaje, las cosas se tornaron mucho más sencillas, los viajes más constantes y la distancia cada vez más lejana. Continúo con el sentimiento de primerizo; pero son cosas que van a valer la pena en unos años.

Ya son cuatro años que estoy lejos de casa, y a pesar de las visitas que hago, estas no son suficientes en tiempo; pero si suficientes para darme cuenta de que siempre van a estar apoyándome en todo, la distancia se vuelve un obstáculo mínimo.

No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes

O hasta que te acuerdas que lo tienes y sabes que no lo vas a tener para siempre; entonces aprecias más aquello. Son dos cosas bastantes buenas que resulta de todo esto y varias cosas dentro de éstas que te hacen continuar en lo que estás y con mucho más entusiasmo:

- Aprendes a valerte solo.
- Aprendes a apreciar realmente lo que alguna vez tuviste y no supiste valorar.

Son cosas que la vida te enseña, clases un poco duras; pero a la vez las más efectivas.

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